Los hijos rutilantes.
Que me sueñe un Dios
loco, no me importa
ni que naufrague mi
mente en el infierno
soy de raza alucinada
de tez desbordada y
opresora
de corazón esquirlado
pero de pronto… se
esfuman las Ciénegas
se evapora lo humano
aparece el vértice
asombroso del relámpago
aparecen los hijos
rutilantes.
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