Desapego.
Ya no está la prisa del
reventar
ni el lúgubre ejercicio
de conocer las almas
oigo rugir al mundo…No
me inmuto
yazco, menguo
me lleno el ojo de
corrupción
propago el hambre, el
origen
el encanto del obscuro
granate.
la sed en los tugurios
solo se apaga
haciéndome unos
pantalones con la piel del diablo.
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